Coricancha sirvió como Museo para los Incas

Las élites del Tahuantinsuyo tenían acceso al recinto para apreciar objetos sagrados de todas las regiones dominadas por el imperio.
Una de las edificaciones prehispánicas más llamativas del Cusco es el Coricancha. Según un estudio del arqueólogo peruano Hernán Hurtado publicado en la revista académica de Colombia Artificios, este recinto habría cumplido entre varias funciones el de museo.

Para el especialista, éste fue el resultado de la política imperialista del Tahuantinsuyo.

“Hay cierta evidencia arqueológica y crónicas que permiten así afirmarlo. Sin duda, los incas, en su política expansionista, tenían que contener simbólicamente sus territorios anexados/conquistados, este edificio pudo destacar por esta primordial función”, mencionó a la Agencia de Noticias Andina.

Recordó que se conocen las excavaciones de John Rowe en la década de 1960 y la de Steven Kosiba y Jesús Galiano Blanco de los años 2000. 

En ambos casos hay luces, especialmente en los trabajos de los dos últimos, tanto en evidencia como en interpretación, de las diferentes funciones del Coricancha.

“Desde el dato arqueológico e histórico se proponen ciertas funciones y también ciertas generalizaciones. El caso del Coricancha es la reconversión de un lugar sagrado que ya existía antes de los incas, pero que sus funciones son diversas, desde su rol en la fiesta de la Situa hasta la conservación y trato de los ídolos y objetos que ahí existieron”, añadió.

Entre lo que se sospecha que poseía el Coricancha están las momias de los incas, el ídolo conocido como Punchao, entre otros objetos sacros de diversos territorios del Tahuantinsuyo.

El ingreso, de acuerdo a Hurtado, era restringido, “solo para nobles inca, para una élite”. Pero el entorno tuvo usos públicos como para fiestas.

Podían entrar amautas y estudiantes, entre quipucamayocs y militares, entre hacedores de yupanas y representantes de panacas, entre especialistas y el qhapaq ayllu.

Recordó el arqueólogo que Garcilaso cronistas, españoles y cusqueños apuntan a que era parte de la educación de la élite estudiar los objetos del Coricancha.

“Si ostentaban un gran edificio ceremonial y sagrado, es imposible dudar de cierta función pedagógica, es también una manifestación expresa del poder inca”.

Recordó que no era el único museo prehispánico. También existía una colección en Pachacamac.

ANDINA

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