El misterio del ovni del Báltico

El misterio del ovni del Báltico
El grupo de cazatesoros sueco Ocean X, liderado por Peter Lindberg, anunció a bombo y platillo el descubrimiento de un extraño y enorme objeto en el fondo del mar Báltico. Tenía unos 60 metros de diámetro y su curiosa forma ovalada, con dos picudos y largos salientes simétricos, unido a unas misteriosas marcas de arrastre de varios cientos de metros, hicieron pensar a Lindberg que dicho objeto había caído al mar y se había deslizado sobre el fondo hasta quedar totalmente inmóvil en su posición actual.

De inmediato se desataron las especulaciones, desde un antiguo experimento nazi a los restos de la Atlántida o, mejor aún, de una nave extraterrestre estrellada allí quién sabe cuándo. Sea como fuere, el objeto fue bautizado como «la anomalía del Báltico» y desde entonces Lindberg ha hecho todo lo posible por darle eco y reunir fondos para nuevas expediciones. Al mismo tiempo, claro, que recolectaba titulares en todo el mundo y una enorme publicidad para su empresa. Hasta el momento, su equipo ha realizado ya dos expediciones a la zona, y una tercera está prevista, aunque no confirmada, para el verano que viene.

Peter Lindberg

El propio Lindberg maneja varias posibilidades sobre la naturaleza del objeto, al que califica de extraño y enormemente antiguo, «quizá decenas de miles de años antes de la Edad de Hielo», según sus propias palabras. Para aclararnos, el pico máximo de la Edad de Hielo tuvo lugar hace cerca de 20.000 años... Aunque nunca ha descartado del todo que pudiera tratarse de una formación natural, quizá un meteorito que atravesara el hielo durante aquel periodo glaciar, o el fruto de un volcán submarino.

Dado que todo el norte de la región del Báltico está enormemente influenciada por el deshielo de los glaciares, tanto la estructura (el supuesto ovni) como estas muestras de roca se formaron probablemente en íntima conexión con los procesos glaciares y post glaciares. Y lo más probable es que esas rocas fueron transportadas por los glaciares».

En otras palabras, que el famoso ovni no sería más que un depósito glacial, una formación rocosa arrastrada al mar por los hielos (lo que, además, explica las marcas).

ANDINA

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