Carlos Eduardo Zavaleta: El Ancashino que trascendió fronteras literarias

Carlos Eduardo Zavaleta: El Ancashino que trascendio fronteras literarias
Carlos Eduardo Zavaleta fue uno de los más destacados narradores de la llamada “Generación del 50” en el Perú. Es autor de una larga producción narrativa que destaca por su lenguaje limpio y pulido, por su correcta creación de personajes y por el desarrollo de sus historias. En "El pez en el agua” (1993) Mario Vargas Llosa lo describe como “un gran impulsor de las novelas de Faulkner” y admite que fue por él que descubrió al escritor norteamericano, que tanta influencia habría de tener en la trayectoria del Nobel peruano.

Zavaleta se consolidó como uno de los cuentistas más sobresalientes de la literatura peruana del siglo XX. Recibió distintos reconocimientos como el Premio Nacional de Cuento en 1957 por su obra “La falda y el pantalón” y el Premio Casa de las Américas en 1961 por su libro de cuentos “El Cristo Villenas y otros cuentos”. Además, fue miembro de la Academia Peruana de la Lengua desde 1999. Desde el comienzo de su carrera fue considerado como un innovador de las técnicas narrativas, alejándose del indigenismo reinante y buscando una literatura nacional, como el monólogo interior.

C. E. Zavaleta vivió su infancia y adolescencia en Caraz, en el mundo rural que conocía desde que nació, rodeado de las tradiciones y el folclore de la región andina. Estas etapas de su vida marcarían profundamente su obra literaria, ya que tomó abundantes materiales literarios que lo impregnaron de un profundo arraigo por la cultura andina y sus personajes. En 1944 ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad Mayor de San Marcos, pero luego decidió cambiar de rumbo y dedicarse a la Literatura. Se graduó en la Facultad de Letras de la misma universidad, donde posteriormente ejerció como docente por varios años.

Zavaleta vivió la mayor parte de su vida en Lima, ahí compaginó su dedicación a la docencia universitaria con el desempeño de misiones diplomáticas donde se rodeó de intelectuales, artistas y escritores de la época. Su entorno cultural vibrante y estimulante lo inspiró a explorar diversas temáticas en su obra, desde la crítica social hasta la introspección psicológica.

Se presentó como escritor en 1948 con un libro de relatos titulado “El cínico", al que luego prosiguieron otras colecciones de cuentos que lo mostraron como un experto en el género de la narración corta. Entre estos, se encuentran también “La batalla y otros cuentos”, “El Cristo Villenas”, “Unas manos violentas”, “Vestido de luto”, “Muchas caras del amor”, “Niebla cerrada” y “Un día en muchas partes del mundo”.

En la época donde escribía novelas, C. E. Zavaleta debutó en 1955 con una narración larga titulada “Los Ingar”, texto que recibió elogios y críticas que le hicieron merecedor del Premio de Fomento a la Cultura "Ricardo Palma". Tras casi 20 años donde se dedicó a la docencia, volvió a este género con “Los aprendices” en 1954, “Retratos turbios” en 1982 y “Un joven, una sombra” en 1992, siendo la última condecorada con el Premio de Novela de la Municipalidad de Lima.

Zavaleta era un hombre de contextura media, estatura promedio y cabello canoso. Su rostro era expresivo, con una mirada profunda y penetrante que reflejaba su aguda inteligencia y sensibilidad. Su porte era sereno y elegante, denotando una personalidad tranquila y reflexiva.

Mario Vargas Llosa lo describe como "Dueño de un vigoroso estilo, Carlos Eduardo Zavaleta es quien, con mayor convicción y entusiasmo, se ha preocupado de superar el regionalismo, utilizando los temas nacionales, no desde un ángulo meramente local o folclórico, sino atendiendo a su validez universal". Julio Ramón Ribeyro dijo “Aparte de escritores peruanos como Vargas Llosa y Bryce, aprecio a Carlos Eduardo Zavaleta, de mi propia generación. Zavaleta es un excelente narrador, que tanto en sus cuentos como en sus novelas, trabajos con una gran destreza, ha cubierto amplios sectores de nuestra realidad y tratado problemas psicológicos y sociales inéditos. En muchos aspectos es un innovador. Es una lástima que no goce del mayor reconocimiento internacional que merece”.

Carlos Eduardo Zavaleta Rivera fue un escritor prolífico y talentoso que dejó una huella imborrable en la literatura peruana. Su obra, caracterizada por su realismo social, humor negro y profunda crítica social, sigue siendo una lectura imprescindible para comprender la realidad peruana del siglo XX. Su legado como maestro de la narrativa continúa inspirando a las nuevas generaciones de escritores.

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