Desde hace más de 30 años, la arqueóloga Ruth Shady
Desde hace más de 30 años, la arqueóloga Ruth Shady y su equipo investigan Caral, una de las civilizaciones más antiguas de América. Han descubierto estructuras, datos históricos valiosos y centros urbanos que revelan mucho sobre los orígenes del Perú. Sin embargo, hoy este trabajo está en riesgo.

Shady ha denunciado amenazas graves, tanto contra su vida como contra la de sus colaboradores. Estas amenazas provienen de traficantes de terrenos, quienes buscan apropiarse ilegalmente de zonas cercanas al sitio arqueológico. Estas tierras ahora están valorizadas en hasta 38 mil dólares por hectárea, lo que ha atraído intereses ilícitos.

¿Quién protege Caral hoy?

Según Shady, el lugar está totalmente desprotegido. Antes contaban con policías asignados, un vehículo del Gobierno Regional y una casa para los agentes. Hoy no hay ninguno. “Ni un solo policía”, lamentó en una entrevista reciente. La vivienda construida para los agentes ahora está vacía.
Este abandono ocurre justo cuando los traficantes aumentan su presión. La falta de presencia estatal facilita que estas personas actúen sin freno.

¿Hay nombres involucrados?

La arqueóloga mencionó que, según reportes locales, ciertas personas estarían vinculadas al tráfico de tierras. Citó directamente a Pablo César Mejía Solís, quien ya tendría denuncias en su contra. Además, Shady relató que en bares del distrito de Supe se han realizado reuniones donde se planearon amenazas directas contra su vida.

Uno de los subdirectores del proyecto fue agredido físicamente y tuvo que alejarse del trabajo durante cuatro meses por razones de seguridad.

¿Y el Estado qué ha hecho?

Shady afirma que ha buscado apoyo en diferentes ciudades como Barranca, Huacho, Végueta y Supe, pero la respuesta ha sido escasa o nula. En Supe, por ejemplo, un funcionario policial le respondió que su prioridad era cuidar las playas, no los sitios arqueológicos.

Incluso cuando enviaron policías a Caral, su presencia fue momentánea y no resolvió el problema. “No garantiza la seguridad necesaria”, advirtió.

¿Por qué Caral importa tanto?

El proyecto Caral abarca 12 centros urbanos, no solo una ciudad. Es una investigación que lleva tres décadas de trabajo, y que demuestra que el Perú tiene un pasado cultural muy avanzado.

Pero hoy, además de las amenazas, el equipo también sufre por falta de presupuesto. Esto limita las investigaciones, reduce la protección del sitio y pone en peligro uno de los descubrimientos más importantes de nuestra historia.

¿Qué pide Ruth Shady?

La investigadora pide que el Estado entienda que el patrimonio arqueológico pertenece a todos los peruanos. Y que si se destruye, se pierde una parte de nuestra historia que es esencial para construir el futuro.

“Si destruyen el patrimonio vamos a perder una historia que necesitamos seguir conociendo”, sentenció.