Las alergias son una respuesta anómala del sistema inmunitario frente a sustancias que normalmente no causan daño, como el polen o ciertas proteínas alimenticias. Estas sustancias se denominan alérgenos y, aunque inofensivas para la mayoría, en individuos alérgicos pueden provocar reacciones intensas.
¿Quiénes se ven afectados? Personas de todas las edades, especialmente entre los 25 y 65 años, tanto hombres como mujeres. ¿Qué sucede en su organismo? Su sistema inmunológico reconoce erróneamente estos elementos como amenazas, produciendo una defensa desmedida que se manifiesta con síntomas diversos: desde rinitis y asma hasta urticaria o eczema.
El proceso de la reacción alérgica tiene dos etapas fundamentales: la sensibilización y la manifestación. En la primera, el cuerpo produce anticuerpos IgE específicos sin generar síntomas visibles; es solo en exposiciones posteriores cuando los signos aparecen. Este fenómeno explica por qué al consumir un alimento o estar expuesto a cierto elemento por primera vez generalmente no hay reacción, pero sí en encuentros sucesivos.
¿Por qué ocurre esta reacción exagerada? La clave está en que los anticuerpos IgE activan células del sistema inmune (mastocitos y basófilos), las cuales liberan histamina y otras moléculas inflamatorias. La histamina causa efectos visibles como picores, enrojecimiento e hinchazón por la dilatación vascular, e incluso contracción muscular que afecta vías respiratorias. Por ello, los antihistamínicos son uno de los tratamientos más comunes para aliviar estos síntomas.
¿Dónde se producen estas reacciones? Principalmente en las vías respiratorias (provocando estornudos, congestión nasal), en los ojos (picor y lagrimeo) y en la piel (erupciones o eccemas). También pueden presentarse reacciones retardadas mediadas por linfocitos T que generan inflamación días después de la exposición, como ocurre con alergias a metales como el níquel.
¿Por qué es importante comprender esto? Más allá del alivio sintomático, conocer cómo funciona esta respuesta inmunológica ofrece herramientas para prevenir crisis alérgicas graves e identificar factores desencadenantes específicos en cada persona.
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