CEPAL alerta: la desigualdad en américa latina es incompatible con el desarrollo y agrava la crisis social
La nueva edición del Panorama Social de América Latina y el Caribe 2025 de la CEPAL vuelve a poner sobre la mesa el principal obstáculo para el progreso de la región: una desigualdad persistente, profunda y multidimensional, incompatible con un verdadero desarrollo social inclusivo.

El organismo destaca que, al mirar los últimos diez años, la desigualdad de ingresos en América Latina se mantiene sistemáticamente por encima de la registrada en los países de la OCDE. Y pese a algunos avances, la fractura sigue siendo abismal: el 10% más rico de la región ingresa más de 20 veces lo que recibe el 10% más pobre.

Pero la desigualdad no es solo una brecha económica. “Erosiona la cohesión social y la estabilidad de los pactos sociales”, advierte la CEPAL, generando desconfianza en las instituciones, cuestionamiento a las políticas públicas y debilitamiento del apego democrático.

Aun así, el informe muestra una luz positiva: en 2024 tanto la pobreza monetaria como la multidimensional experimentaron una baja significativa, una mejora que convive con las enormes deudas estructurales que arrastra la región.

La CEPAL enfatiza que la desigualdad es un fenómeno multidimensional que atraviesa todas las áreas que determinan el bienestar y que no puede entenderse —ni enfrentarse— mirando solo el ingreso. Por eso insiste en la necesidad urgente de mejorar y homogeneizar las fuentes de información, con el fin de medirla con mayor precisión y diseñar políticas realmente eficaces.

Para la CEPAL, la desigualdad en la región no es un accidente: surge de seis grandes causas estructurales: escaso crecimiento económico y baja productividad, empleos segmentados y remuneraciones muy desiguales, sistemas tributarios regresivos, políticas sociales y de protección insuficientes, sistemas educativos débiles y segmentados, desigualdad de género, y segregación y desigualdad territorial.