Seguramente recordamos febrero como el mes en el que se solía arrojar agua, pintura y pica pica a nuestros familiares, amistades o incluso desconocidos, en las calles de la ciudad. En la última década, el delicado contexto ambiental, la consecuente toma de consciencia sobre el uso y cuidado del agua, así como las multas y prohibiciones municipales para evitar actos de vandalismo, han reducido para bien esta práctica.
Sin embargo, es importante conocer el origen de esta costumbre. La fiesta de carnavales es una tradición europea que llegó al Perú en la época de la Colonia y tenía lugar los tres días previos al Miércoles de Ceniza. En la tradición católica, este día marca el inicio de la Cuaresma, tiempo de preparación espiritual para recibir la Semana Santa. Por ello, los carnavales eran un momento de diversión, irreverencia y placer. Además de los juegos con agua, harina o pintura que en aquella época se colocaban dentro de cáscaras de huevo–, las calles se volvían una fiesta con comparsas de disfraces, máscaras, bufones y bailarines con motivos de la época.
La Municipalidad de Lima propone un resurgimiento del carnaval desde este último aspecto y, por ello, lo celebraremos el domingo 23 de febrero con un gran pasacalle que traiga de vuelta a los personajes de antaño, de la mano de los ciudadanos y ciudadanas que mantienen vivas estas costumbres.
Fuente: TV Perú. Sucedió en el Perú. Historia de los carnavales.
