El ladrillo impreso en 3D que cambiará el trabajo de los albañiles
El ladrillo es uno de los materiales de construcción más antiguos y eficientes que conoce el ser humano. Los primeros ladrillos de adobe encontrados por los arqueólogos y paleontólogos tienen más de 12.000 años de antigüedad, y desde entonces se ha ido perfeccionando su proceso de fabricación, su forma y sus prestaciones.

En los últimos años, los avances tecnológicos en el sector de la construcción se dirigen hacia materiales cada vez más ecológicos. No sólo para aislar mejor y ahorrar en calefacción o aire acondicionado, sino para eliminar el uso del cemento y el hormigón, usando residuos de otros sectores y la impresión 3D como la mejor estrategia para reducir la contaminación.

En esa misma línea, el Laboratorio de Investigación de Topología de Materiales (MTRL) del Technion, el Instituto de tecnología de Haifa (Israel), ha desarrollado un ingenioso ladrillo impreso en 3D con tierra de origen local, mejorada con fertilizantes derivados de residuos y aglutinantes de base biológica.

En colaboración con el Tree Lab del Instituto Weizmann de Ciencias de Rejovot, sus responsables han aplicado este novedoso material de construcción a unas estructuras llamadas TreeSoil, diseñadas para proteger los árboles jóvenes en entornos degradados.

Proteger los cultivos con estas estructuras es una manera de mejorar la tasa de supervivencia de estos retoños amenazados por las condiciones climáticas y atmosféricas. "Su geometría de ladrillos entrelazados permite la modularidad, la integridad estructural y un montaje eficiente in situ", señalan desde Technion.

Si el origen del ladrillo es ancestral, el de las estructuras para proteger los árboles jóvenes también tiene muchos siglos de antigüedad. Los muros de piedra seca y las pequeñas construcciones para asegurar el crecimiento de los cultivos formaban cercas, recintos o muros alrededor del perímetro de la zona arbolada o incluso protegiendo la base de cada uno de los árboles.