Se tiene constancia de que los Incas comenzaron a emplear caballos en su intento por expulsar a los españoles de sus dominios, siendo instruidos en su uso y crianza por los prisioneros españoles que el soberano Manco Inca había tomado en su rebelión.
Según el cronista español Antonio de Herrera el soberano Manco Inca montó a caballo en la Batalla de Ollantaytambo de 1537.
“Muchos indios cargaron sobre él, con armas castellanas y caballos y algunos mosquetes, encabalgados de los que habían tomado a los castellanos que habían muerto; porque a los ocho o nueve que el inca tenia presos hacia refinar pólvora y aderezar las armas”.
