El 7 de junio del 2025 no fue un día cualquiera. Fue el día en que el Perú despidió a una joven que soñó con volar, y que lo logró… aunque su vuelo final no debió ser tan pronto.
En los Jardines de la Paz, en La Molina, familiares, amigos, compañeros de la Fuerza Aérea del Perú y autoridades militares se reunieron para darle el último adiós a la alférez Ashley Vargas Mendoza, una joven piloto que partió durante su último vuelo de práctica.
Su ataúd, cubierto con la bandera del Perú, fue recibido con aplausos, pero también con lágrimas contenidas. Nadie podía entender cómo alguien tan llena de vida, con tantos sueños aún por cumplir, ya no estaba con nosotros.
El momento más desgarrador fue ver a su familia, especialmente a su padre, ese hombre que nunca se rindió hasta encontrarla, y cuyos consejos Ashley recordaba con amor y orgullo. Su presencia lo decía todo: dolor, amor y fuerza.
El silencio era profundo. No hacía falta hablar. Todos sabían que Ashley no solo había dejado un vacío… había dejado un legado.
Un legado de lucha, de disciplina, de amor por lo que se hace. De creer en uno mismo hasta el final.Ashley noy murió en una guerra, pero cayó cumpliendo su formación, entregada al sueño de servir a su país desde el cielo. Hoy, ese cielo la abraza como a una hija.Que nunca olvidemos su nombre.
Que siempre hablemos de su historia.Que su último vuelo no haya sido en vano.
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