Néctar: a 18 años de la tragedia que enlutó la cumbia peruana
Hace 15 años en un accidente en Argentina perecieron los integrantes de Néctar, una de las agrupaciones más famosas de la cumbia peruana. 

“Una combi se los llevó al cielo”, “Arbolito en el cielo”, decían las noticias que se lloraban mirando los quioscos en todo el Perú cumbiambero y popular. El domingo 13 de mayo de 2007, la combi en que viajaban los músicos del grupo Néctar, que se dirigían a La Plata para cumplir una presentación musical, cayó 15 metros desde la autopista 25 de Mayo en Buenos Aires. Y explotó sobre una cancha de fútbol y los cuerpos quedaron calcinados. La cumbia peruana estaba de luto. 

El grupo Néctar tenía 12 años en la escena. Había nacido en junio de 1995, justamente en Argentina y estaba en la cresta de la popularidad: la voz y dirección de Jhonny Orosco y la guitarra eléctrica de Ricardo Hinostroza, “Papita”, eran parte de la fórmula exitosa que habían dado forma a un estilo singular, y ya tenían éxitos como “El arbolito” (que habían impuesto en el 2000), “Ojitos hechiceros”, “Tú vives equivocada” o “Corazoncito”. Sin querer, se habían convertido en mártires de la cumbia andina peruana.

¿De dónde surgió el estilo de su canto? Orosco y los Néctar tenían el cabello largo, usaban ternos, siempre en las fotos con el pulgar arriba. El cantante tenía raíces ayacuchanas, aunque se crió en Comas. Tempranamente sentiría inclinación por la música y luego sería guitarrista del grupo de chicha Pintura Roja, migraría a Argentina en busca de nuevas oportunidades artísticas.

Carlos Rincón, compositor de “Pecadora”, uno de los megaéxitos del conjunto, recordará siempre la insistencia de Orosco (1970-2007), cada vez que se cruzaban en un estudio de grabación, que retaba al compositor criollo a crear una cumbia: “haz una estrofa y un coro muy pegajoso”. Luego, Orosco “pampeó” la canción; es decir, mencionó al compositor: “Carlos Rincón Ruiz, con cariño”.

En el programa “Maestros de la música” de la Asociación Peruana de Autores y Compositores (Apdayc), el compositor Jaime Moreyra, de Los Shapis, jura que jamás olvidará el largo abrazo que se dieron con Jhonny Orosco en un local de Lima Este: el líder de Néctar, le anunciaba que se iba de gira por una larga temporada a Argentina.

Se habían conocido muchos años antes, cuando Orosco era la primera guitarra de Princesita Mily, en una gira por la Selva Central. Entonces, pichangueando, a Jhonny le pusieron de sobrenombre “Chancay”, porque era gordito y simpático.

La investigación de los hechos retrasó la llegada de los restos al Perú. Su hijo mayor, Deyvis Orosco, a sus 20 años debe viajar a Buenos Aires representado a todos los deudos y desvirtuar las habladurías que señalaban la participación de mafias argentinas en el accidente fatal.

Cincuenta y seis días después del accidente, la noche del sábado 7 de julio, el avión de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) con matrícula 327 aterrizó en el Grupo Aéreo número 8. La Cancillería, por intermedio del cónsul del Perú en Argentina, había solicitado al Cuerpo Médico Forense de Argentina la entrega de los cuerpos.

Esa misma noche, los restos de Jhonny y su hermano Enrique se velaron en su casa, en la segunda etapa de Collique, Comas. Sus colegas, entre ellos los grupos Los Ecos y Los Diablos Rojos, hicieron un concierto-homenaje en la calle adyacente ante unas 3,000 personas que con pancartas y flores exigían ver el rostro del ídolo caído.

“¡Sigue el ejemplo de tu padre, nunca lo dejes!”, le pedían los seguidores a Deyvis Orosco, quien tenía 20 años y su hermano, 7. Si bien era músico desde los 16 años, y era músico de apoyo de Néctar, “apagando incendios”, cuando faltaba un músico, reconoce que estaba molesto con su padre, porque lo bajó del avión que iba a Argentina: Jhonny Orosco había soñado el accidente. Y decidió que no viaje.

Siete horas más tarde, los féretros partían al cementerio Mapfre de Huachipa, donde seguían coreándose los estribillos de las famosas canciones y hubo hasta fans desmayados. En el cielo, desde hace 15 años, se canta cumbia peruana y con cariño.